lunes, 28 de septiembre de 2015

Consejos para empezar tu huerto urbano en una mesa de cultivo


Ester Casanovas5 trucos para aprovechar una mesa de cultivo


Empezar un huerto urbano en una mesa de cultivo resulta una experiencia tan práctica para algunos como estresante para otros. Y es que aunque su diseño y su altura resultan muy cómodos para trabajar, el momento de decidir cómo distribuimos nuestras hortalizas provoca bastantes dudas entre los que eligen este tipo de contenedor para iniciarse en la horticultura. Espero que estos trucos os sirvan para empezar vuestros cultivos con buen pie y os ayuden a evitar equivocaciones de buenas a primeras.
Dando por sentado que ya habéis rellenado las mesas con un buen sustrato (o con la mezcla recomendada de fibra de coco y humus de lombriz), vamos a ver cómo encajar las piezas de este pequeño puzzle:

Conocer el volumen de sustrato que necesita cada hortaliza

Igual que ocurre en las personas, las plantas necesitan su espacio vital. Y cuando estamos cultivando hortalizas  en macetas, jardineras o mesas de cultivo, debemos proporcionarles un espacio mínimo en el que puedan crecer correctament. Plantarlas muy juntas signfica menos alimento para cada una de ellas y por tanto, menor desarrollo y el consecuente fracaso en la cosecha.
Por norma, el volumen de sustrato necesario es directamente proporcional al tamaño que alcanza la planta adulta, y por ello veremos que la mayoría de hortalizas de hoja y de raíz necesitan menos sustrato que las de fruto, que son las que crecen más. Encontraréis indicaciones al respecto en el Calendario de siembra del blog. Es importante remarcar que los volúmenes corresponden a una sola planta. No a dos, o a tres, ok?

Conocer los tamaños de las plantas adultas

El plantel es muy pequeño y nos puede engañar. De hecho, acostumbra a engañarnos cuando somos primerizos, ya que conocemos cómo es un tomate o un calabacín, pero no sabemos cómo es la planta de la que salen estos frutos.
Consultar una tabla donde se especifique el marco de plantación nos será de gran ayuda para evitar juntar demasiado a hortalizas que van a cubrir con sus hojas a otras más pequeñas, privándolas de sol (es muy típico en estos momentos con las coles, que crecen verticalmente mucho más que las lechugas y cuyas hojas son enormes).
El marco de plantación está pensado para distribuir las hortalizas en un huerto de tierra, pero nos servirá para hacernos una idea de cómo se ensancha una planta. Si el volumen de sustrato que les vamos a proporcionar es suficiente, podemos juntarlas un poco más.


flor-de-tomate

Conocer las incompatibilidades de las hortalizas antes de plantar unas al lado de las otras

No todas las hortalizas son amigas entre ellas. Algunas no se caen muy bien, ya sea porque buscarán los mismos nutrientes en el substrato o porque sus raíces desprenden sustancias que no convencen a sus vecinas. Por poner un ejemplo práctico, encontraréis información acerca del ajo, y de su acción repelente sobre el pulgón. Uno podría pensar que será ideal sembrarlo cerca de las habas, que en primavera siempre lo padecen en sus brotes más tiernos. Pues no, señoras y señores: los ajos y las habas son hortalizas incompatibles y lo mejor es no situarlos cerca los unos de las otras.  Encontraréis información acerca de sus problemas de convivencia en varios sitios, como en esta tabla que hace años está colgada en Infojardín.

Conocer el ciclo de las hortalizas y cuánto tiempo ocuparán la mesa

No todas las plantas son igual de longevas o tardan lo mismo en dar sus frutos. Una lechuga puede estar lista para ser consumida en 2 meses mientras que para coger un pimiento vamos a tener que esperar un poco más. En compensación, eso si, vamos a estar cosechando varios durante tres meses más por lo menos.
Es por este motivo que al planificar lo que vamos a cultivar en la mesa, nos será de mucha utilidad dividirlas en dos grupos: las de ciclo largo y las de ciclo corto. Saber cuáles van a estar más meses viviendo en nuestras mesas nos servirá para distribuir las de ciclo corto en un espacio determinado que nos permita cosecharlas y remover el sustrato para prepararlo para nuevas plantaciones sin molestar a las que aún están dando sus frutos.
Y de nuevo veremos que las más tardonas son las de fruto y las más rápidas, las de raíz y de hoja.

Necesidades de sol, agua y abono

No todas las hortalizas necesitan la misma cantidad de sol, agua o abono. Distribuirlas de modo que concidan en un mismo espacio las que tienen necesidades de cultivo similares, nos facilitará el trabajo y nos evitará problemas (especialmente de hongos en las que necesitan menos riego).
Algunas hortalizas que en invierno agradecen sol directo, acostumbran a espigarse con el sol directo del verano, por lo que jugar con sus alturas durante estos meses nos ayudará a crear sombras para proteger a las más sensibles.


coles-decorativas

Resumiendo…

El éxito en los cultivos depende de nosotros, de lo que queramos cultivar y de nuestra capacidad para que las piezas del puzle encajen. Si vais a empezar comprando plantel, pasad primero por la tienda, preguntad por las hortalizas que tienen disponibles y anotadlas en un papel. Ya en casa, decidid cuáles os apetece cultivar y a continuación informaros de la duración de su ciclo y el volumen que necesitan para crecer. Os ayudará a saber cuántas podéis plantar de cada variedad y si queréis rizar el rizo, dibujad sobre un papel posibles distribuciones para luego mirar si son compatibles entre ellas.
Personalmente, creo que la mejor forma de optimizar el espacio al máximo es cultivando hortalizas de hoja y de raíz en la mesa y dejando las de fruto para otro tipo de contenedores. Por descontado, esta opinión es totalmente discutible y estoy convencida de que más de un@ puede discrepar. Pero os voy a razonar mi afirmación, basada totalmente en las consultas que me llegan a través del correo del blog y de las redes sociales:
Nadie se informa antes de transplantar las hortalizas a las mesas de cultivo. Y si lo hacen, pocos tienen en cuenta el tamaño de las plantas adultas y el espacio que necesitan. Lo entiendo perfectamente, porque para mi también fué una sorpresa ver cómo llegaban a crecer algunas hortalizas la primera vez que las planté.
Si estamos cultivando en macetas individuales o en jardineras, la solución es fácil: separas las macetas físicamente, pero eso es algo que no podemos hacer en una mesa de cultivo. No hace mucho, una chica me mandaba fotos de una col acuchurría que había sacado de la mesa para plantarla en una maceta aparte porque “se había hecho enorme y sus hojas tapaban a las lechugas”. El transplante fué fatal, y por el aspecto que tenía dudo mucho que la col se recuperara. En otra ocasión, un chico me explicaba que en verano había tenido que subirse a una escalera para poder recoger los tomates.
Por otro lado, está el tema de la productividad. Las hortalizas de raíz y de hoja crecen rápidamente, y a efectos prácticos, nos obligará a trabajar más a menudo en el contenedor donde los cultivemos. Pues oiga, me parece más cómodo trabajar de pie que tener que agacharme a la altura de una maceta para remover el sustrato y sustituir el plantel o sembrar nuevas semillas, ¿no os parece? En cambio, desde que plantas una tomatera hasta que la arrancas pueden pasar perfectamente siete meses en el que además la planta crecerá verticalmente y no tendrás que agacharte muy a menudo para trabajar en ella (ya sea podándola o cosechando sus frutos).
Y acabo con un motivo más: siempre me ha dado miedo hacerles daño a las plantas. En una mesa de cultivo, ¿cómo sé hacia dónde han crecido las raíces de una hortaliza en concreto? ¿Y si al arrancar la que está al lado, le hago daño en las raíces? Las hortalizas de ciclo rápido no tienen raíces muy grandes, al contrario de las de ciclo largo.
En fin… espero haber aclarado algunas dudas y espero que a alguien le resulte de utilidad. ¡Saludos!


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